La justicia rusa condenó este viernes a las tres jóvenes del grupo punk
Pussy Riot a dos años de detención tras declararlas culpables de
"vandalismo" e "incitación al odio religioso" luego de un proceso que
adquirió gram repercusión internacional.
"Teniendo en cuenta la naturaleza y el grado de peligrosidad
planteado por lo que hicieron, la corrección de las acusadas sólo es
posible mediante un castigo real", afirmó la jueza Marina Syrova, que
destacó el carácter "sacrílego" de la intervención de Pussy Riot y su
"odio a la religión".
La lectura del veredicto duró casi tres
horas. La magistrada retomó en gran parte los argumentos presentados el 7
de agosto pasado por el fiscal. Luego condenó a cada una de las
tres mujeres a dos años de trabajos disciplinarios en una colonia penal
general, las condiciones más duras posibles para mujeres que comparecen
ante la justicia por primera vez.
Los simpatizantes de Pussy Riot realizaron protestas en Nueva York, Paris, Copenhague y otras ciudades contra la
sentencia impuesta a las integrantes de la banda punk rusa.
En
París, los manifestantes en la plaza Igor Stravinsky, siguieron el
juicio por teléfono y gritaron al unísono con los manifestantes en
Moscú.
En Kiev, cuatro mujeres, una de ellas con el torso desnudo,
usaron una motosierra para derrumbar una cruz en el centro de la
ciudad, mientras que en otras ciudades europeas y de Estados Unidos
grupos de jóvenes se pusieron pasamontañas de colores neón, los cuales
se han convertido en el símbolo de la banda.
Las protestas en
apoyo a las punk feministas han atraído también ha celebridades como
Paul McCartney, Madonna y Bjork quienes pidieron que fueran liberadas.
El
viernes tras el veredicto, el presidente Barack Obama lamentó la
sentencia contra las músicas, dijo el vocero de la Casa Blanca Josh
Earnest.
"Estados Unidos está decepcionado por el veredicto,
inclusive las sentencias desproporcionadas que fueron impuestas", dijo
Earnest.
Los gobiernos de Gran Bretaña, Francia y Alemania también expresaron su rechazo a la sentencia.
Sin
embargo, las manifestaciones de hoy, que en todos los casos eran
de menos de mil personas, parecían carecer de la fuerza necesaria para
ejercer una presión real al gobierno ruso.
A pesar de esto, una de las manifestantes en Berlín subrayó la importancia del apoyo, por pequeño que parezca.
Marianne
Birthler, una antigua disidente de Alemania Oriental nombrada directora
de la comisión post-reunificación que investigó al servicio de
espionaje de Alemania Oriental, recordó cuando era integrante de la
oposición alemana.
"Los mensajes de otros países eran muy, muy
importantes, así sabíamos que lo que hacíamos era reconocido y que había
gente dispuesta a apoyarnos y que se preocupaba por lo que nos pasaba.
Por eso estamos hoy aquí", dijo.
Los manifestantes de Nueva York a
Londres, pasando por Copenhague, usaron pasamontañas de colores como
los que usaron las acusadas cuando hicieron su protesta en la catedral y
algunos de los hombres en la capital británica llevaban vestidos como
muestra de solidaridad.
"Esas chicas son sólo la punta del
iceberg", dijo Adam Adamson, de 26 años, quien creó una página en
Facebook para la manifestación en Londres. "Muchos han sido arrestados
por oponerse a Putin".
En Nueva York, cerca de 40 manifestantes se reunieron con pancartas que decían "todos somos vándalos".
En
Barcelona más de 50 personas con ropa de colores cantaron y bailaron
con la música de Pussy Riot fuera de la enorme Catedral de la Sagrada
Familia.
"Rusia es una mezcla de Europa y Asia, lo que significa
que tiene una relación única con la religión, pero sabemos que esto no
es realmente un asunto religioso", dijo Andrei Viachenko, de 28 años, un
estudiante de doctorado ruso en Barcelona.
En Serbia un grupo de
derecha extrema llamado Nasi presentó un juego en internet en el cual se
ataca a las integrantes de Pussy Riot. La página del juego dice que las
mujeres deberían ser llevadas a un hospital psiquiátrico para recibir
tratamiento.
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