La delegación de
Estados Unidos para los próximos Juegos Olímpicos de Invierno que se realizarán en Sochi,
Rusia, no incluirán a algún miembro de la familia del presidente Barack
Obama ni a ningún miembro del gabinete, pero incluirá a atletas
abiertamente homosexuales, lo que se ha intepretado como un claro mensaje de rechazo a las recientemente
aprobadas leyes antigay rusas.
La leyenda del tenis Billie Jean King se unirá a la antigua
secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, y al astro del
patinaje artístico, Brian Boitano en la ceremonia de apertura de los
Juegos el próximo 7 de febrero, informó la Casa Blanca este martes.
El asistente de la Casa Blanca, Rob Nabors, y el embajador estadounidense en Rusia completarán la delegación.
King hizo pública su homosexualidad en la década de 1980.
Dos semanas después, un grupo guiado por el subsecretario de Estado,
William Burns, asistirá a la ceremonia de clausura. Los patinadores de
velocidad Bonnie Blair y Eric Heiden, además de la jugadora de hockey
abiertamente gay, Caitlin Cahow, también asistirán. Cahow, de 28 años,
es una doble atleta olímpica.
Es la primera vez en más de una década que ni el presidente, el
vicepresidente, la primera dama o un expresidente de Estados Unidos
asisten a una ceremonia de apertura o clausura de Juegos Olímpicos. La
primera dama Michelle Obama lideró a la delegación en Londres 2012 y el
presidente George W. Bush lo hizo en Beijing 2008.
El vicepresidente Joe Biden y su esposa guiaron a un grupo estadounidense en los últimos Juegos de Invierno, en Vancouver.
La ausencia de funcionarios estadounidenses de alto rango equivale a
un desaire para Rusia, cuya relación con Estados Unidos se ha fracturado
durante el último año.
El responsable de las filtraciones de espionaje del gobierno
estadounidense, Edward Snowden, buscado por Washington, recibió asilo
temporal en Moscú, mientras que el presidente ruso Vladimir Putin ha
usado el poder de veto de su país en el Consejo de Seguridad de la ONU
para bloquear intervenciones en Siria.
Obama canceló una reunión con Putin programada para septiembre
próximo, aunque los dos se encontraron más tarde en la conferencia del
Grupo de los 20 en San Petersburgo.
Además, la brecha entre ambas naciones se agranda con las nuevas leyes en Rusia que prohíben la “propaganda” gay,
que los críticos acusan de ser tan vagas que nadie podría ser procesado
judicialmente por usar los colores del arcoíris en la ropa o tomarse de
las manos en público con alguien del mismo sexo.
Obama dijo en agosto pasado que no tenía “paciencia para los países
que intentan tratar a personas gay, lesbianas o transgénero de forma que
los intimiden o les hagan daño” y durante su visita a Rusia a
principios de este año, el mandatario estadounidense se reunió con
líderes de grupos activistas.
Los presidentes de Alemania y Francia también
han descartado su asistencia a los Juegos en Sochi, lo que también ha
sido interpretado como un rechazo a las políticas rusas en materia de
derechos humanos.